Guía de cuidado

El ritual de cuidado : Cada prenda está pensada como una inversión en estilo atemporal. Conservar su elegancia también depende de cómo la cuidas: un ritual sencillo que prolonga su vida y mantiene intacta su esencia.

Lávalas a mano y con agua fría : Después de cada uso, enjuaga la pieza con agua fría para retirar el cloro, la sal o los aceites. Lávalas siempre a mano con un jabón neutro y delicado. Evita el agua caliente y la lavadora: el lujo merece atención especial.

Déjalas escurrir sin retorcer :  Exprimir o torcer puede deformar las fibras. Deja que el agua escurra suavemente para conservar elasticidad, color y forma.

Sécalas al aire libre y bajo sombra : El sol directo puede alterar los tonos. Extiende las prendas en un lugar ventilado y a la sombra, permitiendo que respiren de manera natural.

No planches, no fuerces  : Las telas con las que trabajamos son delicadas y resistentes al mismo tiempo. Evita el calor extremo: ya tienen el ajuste perfecto, no necesitan plancha.

Atención con cremas y aceites : Protectores solares, bronceadores y cosméticos pueden dejar manchas irreversibles. Lo ideal es aplicarlos antes de vestir la prenda y, si ocurre algún accidente, enjuagarla de inmediato.

Elegancia que perdura : Cuidar tus piezas es prolongar su historia. Con estos rituales, cada diseño seguirá acompañándote en viajes, memorias y momentos de verano que nunca pasan de moda.

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